Con el niño nace un compromiso y una esperanza; nace
con el año un riesgo y una pregunta. Todo lo cual supone
aventura cuya ventura o desventura está en manos de quien ha
de enseñar a los niños entre los años, a los años entre los niños.
En estas fechas iniciales conviene recordar que enseñante
no es quien sabe sino quien ayuda a saber, ni quien transmite
datos sino quien induce a discernirlos y utilizarlos.
Enseñante es el que añade cambio personal al enseñado;
mas no solo el cambio del saber al no saber, de la zafiedad a la
destreza, sino el cambio del no querer saber al necesitar saber,
del no querer comunicarse al necesitar comunicarse, de la
abdicación al interés, de la indolencia a la aventura, de la isla
en soledad a la convivencia en solidaridad; será ese el cambio
que deja la señal de haber sido insignato, enseñado.
En manos de quien enseña está transfigurar el riesgo en
esperanza y la pregunta en compromiso; en manos de quien
enseña está la felicidad de los niños y los años.
Luis Cobiella
Villancico del Nacer
¿Quien nació? Dicen los niños,
castañuelas y tambor.
¿Quien nació? Dicen los coros,
los belenes y el sermón.
¿Quien nació? Dice lejana,
la más trasnochada voz.
Y cuando pone el silencio
sus paces alrededor,
desde el principio del mundo
grita un hombre ¿Quien nació?
Luis Cobiella
(Estracto del "Villancico del nacer" del libro "El Reino de Dios")