Objetivo

Página para difundir la obra de Luis Cobiella Cuevas, músico, poeta, humanista, primer Diputado el Común de Canarias, premio Canarias de Bellas Artes 2002,..., nacido en Santa Cruz de La Palma en 1925 y fallecido en 2013.

 

Recordando a Luis del cineasta Jorge Lozano

 https://www.youtube.com/watch?v=bz5iMWWNYeE 

 

 

 

VIDEOS

 

Palabras de Luis Ortega en el entierro de Luis Cobiella  (vídeo)

 

LuisCobielladespedidada en YOUTUBE (Video de Juan Arturo Sangil -Novafoto-)

 

https://www.youtube.com/watch?v=ZYoUi8wOwQY

 

 

Luis Cobiella Cuevas
Luis Cobiella Cuevas

Un villancico
Cuando Dios cubrió a María con su sombra, José
sintió celos de Dios. Sí, sintió celos: aún no sabía que
también a él Dios lo había cubierto con su sombra (la
sombra de Dios no es otra cosa que el amor). Desde
entonces José amó aún más a su María y empezó a
darse cuenta de que ni el mismo Dios podía decir lo
que él: su María. No era cuestión de propiedad: era
mirarla día a día como siempre, tan igual cada día
después del tremendo regalo que el riquísimo Dios le
había hecho: era verla feliz, como antes,
exactamente igual que antes, con su delantal único,
con la pobreza misma que ni aún ahora permitía
imaginar el modo de adquirir los tres pañales dentro
de poco necesarios y mucho menos la cuna. La amaba
y la admiraba porque estando en situación de
privilegio no lo usaba, incluso se olvidaba de él. A
veces, ante la falta de algo urgente, él decía: pide,
le darías una alegría a Dios, y ella no pedía… y
condenaba así todos los mercados del mundo y de la
historia, Una noche crítica no encontraron donde
parir al hijo de Dios; pide, insistió José
desesperado, y María le dijo que no necesitaba nada
porque seguía teniéndolo todo: el amor de José.
Dos mil años después un villancico repitió la
historia. Sonará de madrugada su música pegadiza,
como debe ser, como lo sería Jesús: pegadizo. Sus
palabras son éstas:


La Virgen María va a tener un niño, San José
la mira con mucho cariño. La Virgen no tiene sino un
delantal: no tiene cunita ni tiene pañal; pero San
José le ama de tal modo que a ella le parece que lo
tiene todo. Ya puede sin pena nacer el Señor; no le
falta nada porque encuentra amor.


Esa noche sintió Dios celos de José.

 

Luis Cobiella

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